Desmantelamiento en Altec: La gestión de Luis Ayestarán bajo la lupa
La empresa estatal rionegrina de tecnología, que atraviesa una de las crisis más profundas de su historia reciente. Con más de 16 meses al frente de la compañía, la gestión de Luis Ayestarán ha quedado en evidencia no solo por las medidas regresivas tomadas hacia sus trabajadores, sino también por los cuestionamientos éticos y administrativos que arrastra de experiencias previas en otras entidades del Estado.

Antecedentes que anticipaban el rumbo
Uno de los aspectos más graves revelados por la investigación periodística sobre la red de designaciones políticas en organismos del Estado de Río Negro fue la inclusión de Luis Ayestarán en los listados de personal contratados por la Legislatura provincial. Según el informe publicado por el diario Río Negro, disponible aquí, Ayestarán continuó cobrando un sueldo como asesor legislativo incluso después de haber dejado su cargo formal en el Poder Ejecutivo, sin ocupar funciones públicas claras ni rendir informes de gestión.
Este hecho plantea un precedente alarmante: no solo se trata de designaciones sin concurso, sino que además se perpetúan ingresos estatales en beneficio de personas que ya han ocupado cargos ejecutivos, como si el aparato del Estado fuera una red de contención económica para aliados políticos. La falta de transparencia en estas designaciones y la imposibilidad de auditar sus tareas reales refuerzan la sospecha de que estas estructuras funcionan como refugios salariales más que como espacios de servicio público.
Ayestarán ya había estado al frente de Lotería de Río Negro, donde renunció al cargo en abril de 2021, convirtiéndose en el quinto funcionario heredado que abandonaba su puesto bajo presión política (ver nota). Su paso por distintas instituciones estatales estuvo caracterizado por ocupar cargos de confianza política. De hecho, su nombre aparece dentro de una red de funcionarios beneficiados por designaciones en organismos estatales, muchas veces sin concursos ni criterios de mérito (ver investigación).
En esta última investigación realizada por nuestros colegas, se revela cómo una red de exfuncionarios, asesores y dirigentes políticos ocupan cargos de alto rango en organismos sin control público, utilizando la estructura estatal como refugio laboral. Ayestarán aparece mencionado por su rol en Lotería y su salto posterior a Altec, integrando esa red informal de posiciones estratégicas aseguradas políticamente y alejadas de la meritocracia o la evaluación de desempeño.
Ajuste sobre los trabajadores
A poco de asumir, en una reunión general, Luis pidió apoyo al personal, asegurando que la situación financiera se resolvería en meses. Pero en la práctica, su primera medida fue desvalorizar los contratos con el Estado, atados al valor de la hora hombre (prácticamente congelada) sin contemplar la inflación, lo que permitió prestar servicios más económicos mientras los salarios de los empleados quedaban cada vez más rezagados. Esto, lejos de solucionar el problema financiero, generó un círculo vicioso de desinversión humana: sueldos devaluados, talento que renuncia, y pérdida de capacidad técnica.
La respuesta a esta situación no fue el diálogo, sino de persecución laboral, ante los reclamos, por ejemplo, solicitando listados de empleados que adhirieran a medidas de fuerza. A su vez, se comenzaron a distribuir adicionales, pero no como reconocimiento por desempeño, sino como compensación arbitraria a quienes resultan leales a la conducción. No hay evidencia de evaluaciones objetivas: los cargos y beneficios se distribuyen por afinidad política.
Esta lógica fue advertida por los empleados, donde se señala que los adicionales encubren favoritismos y que la confianza institucional fue sistemáticamente quebrada. También se denunció que la dirección evita dejar constancia escrita de acuerdos, incumple compromisos verbales y utiliza la comunicación institucional para desacreditar a los empleados y delegados gremiales que trasladan lo ocurrido en las asambleas, mostrando el impacto de las recomposiciones salariales que no hacen más que licuar los salarios mes a mes, creando así un clima hostil de confrontación interna. Como evidencia de ello, a fecha la paritaria del año 2023 continúa sin resolución, ya que desde la dirección se niegan a buscar un acuerdo y prefieren seguir trasladando imposiciones salariales unilaterales que desconocen los acuerdos alcanzados por CCT, hasta febrero del 2025 la mitad del salario de los empleados de Altec estaba en negro.
Productividad en caída y estructura clientelar
Sin indicadores formales, la caída de productividad se percibe en la rotación permanente de personal calificado que deja la empresa en búsqueda de mejores condiciones. Indica que Altec hoy funciona como una escuela donde contratan jóvenes talentosos, los capacitan y lo pierden rápidamente. Claramente, no es un modelo rentable a largo plazo, lo cual evidencia que actualmente la dirección se conforma con llegar a fin de mes. Los cargos estratégicos son ocupados por personas cercanas al presidente, muchas veces sin competencias técnicas, afectando el servicio y la moral interna. Los empleados capacitados que tiene más años se trasladan a otros ministerios o renuncian antes de la falta de reconocimiento.
Encuesta de Satisfacción Laboral 2025
Una encuesta interna a los empleados de la empresa realizada en marzo de 2025 a la cual hemos tenido acceso, arrojó resultados alarmantes:
- Más del 58% de los empleados de Altec necesita otro trabajo para llegar a fin de mes.
- Solo el 6.2% de ellos siente que su esfuerzo es valorado.
- Más del 86% está buscando trabajo fuera de Altec por las malas condiciones laborales.
- La dirección general fue calificada por los empleados con apenas 1.86 puntos.
Entre los aspectos destacados, se denuncia que el malestar no se limita a lo salarial, sino que también incluye la falta de oportunidades, la ausencia de reconocimiento y un modelo directivo que desconoce completamente la industria y sobre todo de gestión de personal, las necesidades politicas como proveer servicios gratis, según denuncian son moneda corriente. Las principales áreas de mejora señaladas por el personal fueron: falta de transparencia, degradación de condiciones laborales y desvalorización del esfuerzo profesional.
Incorporaciones que cuestionan la integridad institucional
Durante esta gestión se reincorporó como gerente a un empleado con antecedentes graves dentro de la empresa, el mismo había sido sancionado anteriormente por uso indebido de bienes, conductas que pusieron en riesgo la seguridad de terceros en la vía pública y acoso labora, no obstante se ejecutó su re ingreso en una empresa cuya plantilla se compone en un 50% de mujeres, y se lo premio con una gerencia, esto expone la falta de compromiso con un entorno laboral seguro e inclusivo. Con la llegada de Ayestarán, en abril del 2024 otro de los gerentes ganó protagonismo e incluso llegó a irrumpir en asambleas gremiales con amenazas, en un clima de creciente intimidación. Así es el clima que se vive puertas adentro de Altec, cuentan las distintas fuentes consultadas.
Incompatibilidades y falta de compromiso
Luis Ayestarán no solo dirige una empresa en crisis: también mantiene actividades privadas como empresario y contador. Luego de capacitación obtenida estando a cargo de la Loteria de Rio Negro comenzó a lucrar con su empresa privada betpertise.com la cual mantiene a la fecha mientras retiene el cargo de presidente de Altec. Resulta llamativo que la jornada de trabajo sea tan redituable para manejar un estudio contable, una empresa privada y el cargo de presidente de Altec. Los empleados consultados manifiestan que no sería de extrañar que luego de la crisis provocada no funde una empresa de tecnología privada que ofrezca los servicios que hoy la empresa estatal Altec esta dejando de lado. Por ejemplo, recientemente Altec ni siquiera participó en la licitación millonaria para la implementación del nuevo sistema de videovigilancia, siendo este uno de los principales ingresos de la empresa en una área que tiene personal con muchísima experiencia.
Esto plantea interrogantes éticos sobre su dedicación a la función pública y su integridad frente al rol que ocupa.